Una caldera de biomasa se amortiza en Extremadura en poco más de tres años
Antonio Barrero F. Jueves, 21 de agosto de 2014
Lo ha dicho la directora general de Industria y Energía del gobierno extremeño, Carolina Grau, que asegura que, «para una vivienda unifamiliar tipo, el coste de la caldera de biomasa y su instalación sería de unos 7.900 euros (frente a los 1.900 euros de una de gasóleo); sin embargo, el coste de consumo de combustible para esta última sería de unos 2.600 euros al año (frente a los 840 euros año que supondría la de biomasa), con lo cual se consiguen unos ahorros anuales de más de 1.700 euros».
La Agencia Extremeña de la Energía (Agenex) ha anunciado que la Dirección General de Industria y Energía de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía de Extremadura concederáhasta 3.000 euros de ayudas «para la adquisición e instalación de estufas y calderas de biomasa en el ámbito doméstico». Para ello -informa Agenex-, ha destinado un total de 350.000 euros. La directora general de Industria y Energía, Carolina Grau, ha detallado que se subvencionarán «las estufas y calderas cuya potencia nominal sea igual o mayor de cinco kilovatios (5 kW) y menor o igual a 30 kW y que usen como combustible la biomasa». Según Agenex, la convocatoria estaría abierta hasta el 20 de noviembre. No obstante, «si con anterioridad se produce el agotamiento del crédito asignado [350.000 euros], se declararía terminado dicho periodo de vigencia».
Tres inviernos
Grau ha detallado que las previsiones que maneja la Dirección General de Industria y Energía apuntan a unas 225 instalaciones que se podrían financiar (casi 170 estufas y cerca de 60 calderas). Además, ha destacado que el sector de empresas instaladoras habilitadas en el reglamento de instalaciones térmicas en edificios tendrán «un importante estímulo con el desarrollo de esta ayuda, ya que todas las actuaciones subvencionadas deberán ser inscritas en el registro oficial de Industria correspondiente». Según la directora general, el ahorro en combustible (en el caso de la biomasa) es tan elevado que el sobrecoste de la caldera (las de biomasa son bastante más caras que las de gasóleo) queda amortizado en apenas tres inviernos.
