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La biomasa desafía a los grandes del gas y del petróleo

A la espera de recoger la información completa de las encuestas realizadas por los organizadores, los primeros comentarios indican que el perfil profesional de los asistentes ha cubierto las expectativas de los expositores.

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Expobioenergía 2013 escenificó el relanzamiento de la biomasa térmica, un sector cada vez más competitivo, que atrajo a 16.000 profesionales de 33 países. Expobioenergía ha vuelto a conseguirlo: más expositores, más metros contratados, más visitantes profesionales y más peticiones de reserva de superficie expositiva para el año que viene. La 8ª edición de la feria especializada en tecnología de la biomasa de referencia en Europa, celebrada del 22 al 24 de octubre en Valladolid, registró 16.022 profesionales procedentes de 33 países, una cifra muy similar a la del año anterior que acogió 15.514 visitantes. Por procedencia geográfica, la cifra global de visitantes se reparte en los siguientes porcentajes: 40% de Castilla y León, 50% de otras comunidades autónomas y un 10% internacionales, destacando Portugal como el país con más participantes.

A la espera de recoger la información completa de las encuestas realizadas por los organizadores, los primeros comentarios indican que el perfil profesional de los asistentes ha cubierto las expectativas de los expositores. La tónica general y la satisfacción expresada por los responsables de las empresas y marcas representadas reflejan que Expobioenergia es ahora una de las ferias mejor valoradas en el sur de Europa, para hacer negocios, y para que las pymes puedan competir con las multinacionales de los combustibles fósiles y sus imponentes campañas de comunicación. Los organizadores consideran un éxito el aumento de negocio de las pymes que aprovechan la biomasa para usos térmicos, frente a las grandes multinacionales de distribución de gasóleo y gas, que mantienen anclada su estrategia en la salida de divisas a terceros países, en la contaminación y en las subvenciones. El hecho de que Expobioenergía sea la única feria sectorial que crece de forma constante desde que comenzó la crisis corrobora también el triunfo de la biomasa térmica.

En Expobioenergía 2013, la parte expositora ha estado compuesta por 444 empresas y marcas procedentes de Alemania, Austria, Bélgica, Bosnia, Brasil, Bulgaria, Canadá, Chile, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Polonia, Portugal y República Checa. El incremento en este apartado se cifra en un 15% más que en la anterior edición.

Valladolid contó con la presencia de los más importantes fabricantes europeos tanto de calderas y estufas, como de equipos para fabricación de pellets y astillas. Junto a ellos estuvieron los propios fabricantes de pellets, los de canalizaciones y equipos relacionados con el District Heating o calefacción distribuida, y de multitud de complementos para todo tipo de instalaciones. En resumen, todo lo necesario para sustituir la energía de origen fósil por biomasa en nuestros pueblos y ciudades estaba en Expobioenergía 2013. Esta inmensa gama de proyectos, productos y servicios ha sido el reclamo perfecto para los visitantes profesionales que han aprovechado al máximo estos tres días de intenso trabajo que terminaron el pasado jueves y que, para AVEBIOM y Fundación Cesefor, suponen sólo un punto y seguido, puesto que ya estamos trabajando en la próxima edición para 2014.

En la otra cara de la moneda, en 2013 apenas ha habido representación de empresas relacionadas con la generación eléctrica. Los sectores vinculados a esta tecnología como el agroganadero, el forestal, el energético, los recicladores, los instaladores, etc, confían en que el Gobierno encuentre la forma de que parte de los más de 45.000 millones de euros que enviamos cada año a los países productores de gas y petróleo, puedan quedarse en nuestro país generando empleo estable y dejando el valor añadido en nuestro territorio, gracias al fomento del uso de la biomasa eléctrica.

Los profesionales del sector cada vez más cerca de la sociedad

La mayoría de los profesionales pasaron por Expobioenergía cerrando contratos, ajustando presupuestos e informándose de nuevas alternativas y novedades en el mercado para poder ofrecer soluciones energéticas a administraciones públicas, empresas y particulares.

La conclusión es que la implantación de la Bioenergía es ya imparable y está dispuesta a llegar a todas y cada una de las viviendas de nuestro país, a cada uno de los hospitales, centros de mayores, escuelas, oficinas, ayuntamientos, fábricas, hoteles, en definitiva, a cada rincón de nuestra geografía. La bioenergía ha llegado para cambiar el escenario energético de España, rebajando la factura de calefacción y ACS de todos los usuarios y evitando la salida de miles de millones de euros al exterior.

La sociedad está concienciada de la importancia de la biomasa como fuente de energía que genera ahorros a los usuarios que pueden alcanzar el 50% del gasto en calefacción. Además, tanto la tecnología como el suministro son más fiables y estables en precio que los sistemas alimentados por gas o gasóleo. Por otro lado, más allá de las ventajas meramente económicas, los usuarios cada vez mejor informados, asumen que la biomasa es más segura, confortable y sostenible medioambientalmente, que está certificada por las principales entidades a nivel internacional y que su uso previene incendios forestales.

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Beneficios de la biomasa si se la compara con combustibles fósiles como el petróleo.

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Los combustibles fósiles como el gas, el carbón o el petróleo se están agotando. Los expertos creen que las reservas de este tipo de combustible durarán 40 o 50 años más, por lo que debemos reducir cuanto antes nuestra dependencia a ellos.

Además, este tipo de combustibles dañan el medio ambiente y contribuyen al calentamiento del planeta, lo que deriva en problemas que afectan a nuestra vida cotidiana, como la contaminación, la lluvia ácida o posibles vertidos.

El petróleo está presente en muchos aspectos de nuestra vida, tanto en los combustibles, como en materiales como plásticos o tejidos. Actualmente, se utilizan unos 95.590.000 barriles de petróleo al día en todo el mundo. Este material es contaminante tanto en su producción, en su transporte y en su uso. Uno de sus principales problemas es que libera una gran cantidad de CO2 al ser quemado, y esto incide en la salubridad de nuestra atmósfera. Además, el petróleo no biodegradable, por lo que puede tardar muchos años en descomponerse, causando problemas graves a la fauna y la flora de nuestro planeta.

Durante la producción del petróleo se producen una serie de residuos que muchas veces son desechados sin seguir unas normas de seguridad ambiental. A este problema podemos añadir el del transporte, que se realiza en grandes barcos petroleros que transportan cantidades enormes de este material y que corren el riesgo de sufrir un accidnete marítimo. Si recordamos desastres petroleros como el del Mar Egeo o el Prestige, las consecuencias para el medio ambiente son desastrosas.

Una buena alternativa ante los problemas que genera el consumo de petróleo es optar por una energía más limpia, económica y no perecedera. La biomasa nos ofrece estas tres características, lo que la convierte en una buena alternativa para la obtención de energía limpia y eficiente.
La biomasa puede aprovecharse mediante la instalación y uso de aparatos de consumo doméstico como calderas de biomasa o estufas de biomasa. Con estos aparatos, podemos contribuir al desarrollo medioambiental y ahorrar en energía para nuestro hogar.

Este tipo de calderas de biomasa pueden utilizar diferentes combustibles para la generación de energía. Así, podemos obtener calderas de pellets, estufas de leña o calderas de policombustible, por ejemplo. Su gran variedad nos aporta un beneficio extra, pues podremos escoger la que más se adapta a nuestras características.

Un buen asesoramiento en el campo de las calderas y estufas de biomasa es muy importante para entender los beneficios que nos trae la utilización de la biomasa como forma de obtención de energía. Contacta con empresas especializadas en calderas y estufas de biomasa para elegir la tuya.

Tendencias del mercado europeo de calderas de biomasa de baja potencia (6-60 kW)

En 2010 se vendieron en la UE 3,5 millones de equipos para combustibles sólidos, incluidos fósiles, biomasa y estufas y chimeneas para calefacción directa. En comparación con otras calderas para calefacción central, las de biomasa sólida constituyen una pequeña parte del total.

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El estudio de mercado europeo elaborado dentro de BioMaxEff, proyecto de I+D del 7º Programa Marco de la UE.

Calefacción central con biomasa vs otros sistemas

En 2010 se vendieron en la UE 3,5 millones de equipos para combustibles sólidos, incluidos fósiles, biomasa y estufas y chimeneas para calefacción directa. En comparación con otras calderas para calefacción central, las de biomasa sólida constituyen una pequeña parte del total.

La potencia media de las calderas de más de 60 kW (aparatos no domésticos) es de 90 kW para los equipos manuales y de pellets, y de 160 kW para los de astillas de madera.

Calderas domésticas de biomasa de media y baja potencia (6-60 kW)

La UE-27 contaba en 2010 con un stock de alrededor de 5 millones de calderas de biomasa (pellets, astillas y leña) de pequeña potencia (apenas un 5% del total de calderas domésticas en funcionamiento), la mayor parte de ellas en Polonia y Rumanía. Estos 2 países representan el 30% del mercado total de la UE. España ocupa el puesto 14 con unas 80.000 unidades vendidas en 2010.

De las calderas de baja potencia que utilizan combustibles sólidos tan sólo un 20% son de alimentación automática.

Tendencia del mercado de equipos domésticos

En un escenario ‘business-as-usual’ las ventas de calderas de leña disminuirían de manera significativa desde 2010 hasta 2025 (-40%), lo mismo que el de las calderas de astillas (-32%), mientras que las ventas de calderas de pellets se incrementarían un 62% hasta 2017 y luego disminuirían gradualmente hacia 2025.

Utilizando las estimaciones de ventas de calderas de biomasa, se ha previsto la situación del parque de equipos hasta 2025: las calderas de astillas disminuirían significativamente (49% de 2010 a 2025), debido al bajo volumen de ventas y la sustitución de estos aparatos por otras calderas al final de su vida útil. El stock de calderas de pellets se incrementaría un 182% en el mismo período y el stock de calderas de leña aumentaría un 7% hasta 2020 y luego disminuirá ligeramente hacia 2025. El crecimiento neto total de las pequeñas calderas de biomasa en el período de 2010 a 2025 sería de alrededor de 11%.

Tendencias para la calefacción centralizada con biomasa

Alrededor del 85% de las viviendas europeas tienen un sistema de calefacción central instalado.

Siguiendo las tendencias actuales, se estima que la proporción de biomasa para calefacción central en viviendas en Europa aumentará un 65% entre 2010 y 2020. El mayor potencial de crecimiento estaría en los países con menor penetración de calefacción central y mayores necesidades en grados por día de calefacción, es decir, Bulgaria, España, Lituania, Estonia y Polonia.

La instalación de la calefacción central de biomasa en la renovación de edificios también se puede señalar como un sector potencial para aumentar el número de calderas de biomasa. El potencial para la renovación de edificios es significativamente mayor en Europa occidental que en Europa del Este.

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La energía geotérmica, un sector con potencial. Calefacción que sale de la tierra

La geotermia despega en España como alternativa a la quema de gas y petróleo para calentar y enfriar edificios. El ahorro puede llegar a ser del 30% respecto a los sistemas de calefacción y climatización convencionales.

Sara Acosta | Sara Acosta | @saraacostalanga | Madrid | Actualizado el 26/11/2013 a las 10:16 horas

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España no es Islandia. De su suelo no asoman chimeneas humeantes de vapor de agua a 200 grados de temperatura a escasos metros de la superficie, que los islandeses han sabido aprovechar para generar electricidad, sustituyendo la quema de petróleo y carbón.Pero la geotermia, o sea, el aprovechamiento del calor terrestre para generar energía, tiene otra cara. Esta hermana pequeña de las energías renovables puede servir para calentar y enfriar viviendas, fábricas u hospitales aprovechando los 30 grados centígrados de temperatura que emanan prácticamente toda la geografía española a menos de 250 metros bajo el suelo. Basta una bomba de calor subterránea para mantener un edificio a una temperatura constante en verano y en invierno con un ahorro directo en el recibo de la luz y de gas del 30% de media, que varía en función del tipo de edificio.

Este sector en España se queja de que pese a las bondades de la geotermia de baja temperatura -no consume suelo, evita importar petróleo, resulta imposible de deslocalizar y ahorra en la factura-, se está ignorando su enorme potencial. España no cuenta con registro alguno de instalaciones térmicas, solo eléctricas porque reciben primas, de forma que resulta imposible saber cuántas plantas y pequeñas instalaciones que aprovechan el calor del subsuelo para enfriar y calentar edificios están en funcionamiento.

Por ello, en los rankings internacionales España aparece con consumo cero porque no hay estadísticas, aunque los expertos estiman que se ha superado el potencial previsto en el Plan de Energías Renovables. Solo Cataluña y Zaragoza, una de las ciudades más activas en geotermia somera, habrían superado el objetivo de 16 ktep de potencia instalada que el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) estimó para toda España en el año 2012. Unos 60 edificios e instalaciones del casco urbano de Zaragoza se calientan y enfrían a partir de unos 150 pozos del agua del río Ebro.

Como en esta ciudad, hospitales, hoteles, centros comerciales, viviendas, universidades y edificios públicos se suman en toda España a esta forma de climatización cuya instalación se amortiza entre siete y diez años, con un ahorro energético desde el primer día de funcionamiento.

A falta de un marco regulatorio definido que no llegó hasta 2009, cuando una directiva europea reconoció la geotermia somera como fuente de energía renovable, la mayoría de instalaciones de este tipo se han levantado en España sin subvenciones. El Gobierno ha suprimido las ayudas estatales a la instalación de geotermia, y prácticamente solo País Vasco y Cataluña mantienen las ayudas a esta tecnología, que tiene su ejemplo de éxito más flamante en el hospital Sant Pau de Barcelona, un edificio modernista de los años treinta patrimonio mundial de la Unesco. La fundación privada Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, propietaria del complejo que ocupa nueve manzanas del ensanche barcelonés, ha sido rehabilitada con geotermia para evitar cualquier impacto que dañara el edificio en su búsqueda de ahorro de energía.

Islandia o cómo abandonar el petróleo

La referencia del sector es la ya citada Islandia, que empezó en los años cuarenta a reducir su dependencia del carbón y del petróleo. El país volcánico empezó a reconvertir su modelo energético hacia otro apoyado en fuentes de energía limpias, que quedó sellado con la crisis del petróleo de los setenta. En 2010, la geotermia aportó el 66% de la energía primaria del país.

La hidráulica y el aprovechamiento del calor terrestre proporcionan el 85% del consumo energético de la isla, gracias a unas condiciones geológicas idóneas por la dispersión de volcanes. Islandia cuenta con seis centrales para generar electricidad en zonas donde el suelo emana vapor de agua a 200 grados de temperatura, que se transforma en energía eléctrica.

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Una comunidad de vecinos lucense, la primera de Galicia en usar biomasa

01/12/2013 – M. M. L. / El Progreso (Lugo)

La comunidad de vecinos de los números 27,29 y 31 de la calle Estrada da Granxa es la primera en Galicia en pasarse a la biomasa como combustible para su sistema de calefacción y agua caliente. Así lo asegura la empresa que les ha hecho la instalación, la lucense Tecgal, que indica que entre las 110 comunidades de vecinos con una caldera de biomasa igual o superior a 150 kilowatios que contabiliza la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, ninguna está en la comunidad gallega.

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La instalación de Estrada da Granxa lleva algo más de un mes funcionando y los propietarios de las 91 viviendas y diez locales comerciales a los que da servicio están encantados. El que era presidente de la comunidad cuando se decidió hacer el cambio, Jesús Pérez, indica que recientemente hubo una reunión de propietarios en la que todos manifestaron que tanto la calefacción como el agua caliente funcionan muy bien, y que en este último caso, el rendimiento es incluso mejor que con el sistema anterior.

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Una fábrica aprovechará la biomasa de la comarca para producir pellet

Unos empresarios del Guadiato invertirán 100.000 euros en un centro productivo de triturado de madera para energía limpia
ERNESTO MAURIZ , VILLANUEVA DEL REY | ACTUALIZADO 10.12.2013 – 05:01
Villanueva del Rey acogerá un proyecto pionero en la comarca centrado en la producción y comercialización de pellet, una alternativa ecológica al petróleo y al gas cada vez más extendida. La nueva firma se ubicará en el polígono industrial la Encina, con una inversión que superará los 100.000 euros en dos fases. La primera se centrará en el triturado de madera para su uso industrial y la segunda, en la fabricación de pellet. La previsión es que la actividad arranque durante el primer trimestre de 2014, pues la empresa ya tiene toda la maquinaria comprada y el suelo adquirido, aseguró el alcalde villanovense, Pedro Barba (PSOE).

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«Estamos en una zona forestal, con un volumen de biomasa importante y bien comunicada con la N-432», subrayó el regidor, quien no descartó, incluso, que se organizaran tres turnos de trabajo en algunas fechas. En cuanto al proyecto en sí, Barba dejó claro su apoyo: «Es una iniciativa de carácter comarcal y yo, personalmente, creo en los empresarios de la zona. Es una oportunidad importante para la comarca, porque tenemos muchas hectáreas de montes y la biomasa es una buena salida». Sobre la generación de empleo, el regidor dijo que «dependerá de la producción», por lo que no quiso dar una cifra exacta.

«Estamos muy contentos y satisfechos, sobre todo porque tres empresarios de este territorio, uno de Villaviciosa, otro de Espiel y un tercero de Villanueva del Rey, se hayan unido para llevar a cabo una actividad innovadora», destacó.

El alcalde de Villanueva del Rey insistió en que con esta iniciativa el municipio sigue encabezando la apuesta por fomentar la economía vinculada a los recursos naturales de la zona: «Tenemos la mente puesta en potenciar nuestro entorno. Sabemos que tenemos un gran camino por recorrer y, por lo tanto, no se me ocurre pensar en inversiones que vengan de fuera, aunque las que aparezcan serán bienvenidas», subrayó. Barba defendió un proyecto económico basado en «fomentar lo nuestro»: «Hemos mejorado en estos años una gran cantidad de hectáreas de olivar, que estaban casi en situación de abandono, y en este año la campaña de la aceituna está siendo un éxito total», puso como ejemplo.

Ello va a permitir que se generen «muchísimos jornales», pues prácticamente el 60% de las personas del municipio en edad de trabajar se dedican durante estos días a la campaña de la aceituna. El regidor también aseguró que la «gran mayoría» de jóvenes tienen una «oportunidad» de trabajar, «algunos por primera vez». Durante estos meses hay en Villanueva del Rey «mucho más empleo que en otras épocas del año y es, sin duda, gracias al aprovechamiento de nuestros recursos».

Fuente: www.eldiadecordoba.com

En el último año se han producido 2.500 toneladas de pellets en Grañén

El secadero de cereales Santiago de Grañén diversificó hace más de un año su actividad como cooperativa agraria para dedicarse a la fabricación de pellets. De esta forma realizó una importante apuesta por el sector de la biomasa, siendo objeto de visita este jueves en el marco del I Congreso de Biomasa organizado por ASAJA.

Hace tan solo un año que se iniciaron en un mercado hasta entonces desconocido para la empresa, pero en este tiempo ya manejan unas cifras interesantes y esperan ir a más. Quintín Solano, el presidente de la cooperativa de Grañén, señala que ya han producido 2.500 toneladas de pellets este año.

Se fusionaron con Innotec Servicios Energéticos para crear Agropellets de Aragón, una iniciativa empresarial firmemente ligada con la actividad agraria tradicional de la comarca de Los Monegros. Sin grandes inversiones, el secadero de Grañén vio cómo podían rentabilizar sus instalaciones, que ahora fabrican biocombustibles sólidos principalmente procedentes de la madera por su gran calidad, aunque también poco a poco esperan transformar los herbáceos.

Solano dice estar convencido de que la demanda de esta energía alternativa irá incrementándose, ya que sale más económico y es respetuoso con el medioambiente. Además defiende que el de la biomasa es un sector muy ligado al territorio, sobre todo en el caso de Aragón, donde hay una gran masa forestal y el sector primario es la base de la economía.

Fuente: www.radiohuesca.com

Biomasa, la energía natural

La biomasa es una de las energías renovables más versátiles, además de barata, limpia y rentable. Puede sustituir a combustibles fósiles sólidos, líquidos o gaseosos, además de ser una opción muy recomendable para abastecer los consumos energéticos de los hogares, oficinas, industrias e incluso para la producción de energía eléctrica.

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Su uso viene de antiguo. Desde siempre, especialmente en las zonas rurales, se han aprovechado los residuos obtenidos de la limpieza del campo y de los bosques para alimentar las estufas y chimeneas de las casas. Hoy –a mayor escala y gracias a la evolución conseguida– los expertos dicen que su contribución al balance energético en España es la más importante entre todas las renovables.

En España se utiliza biomasa procedente de muchas y muy variadas fuentes: astillas forestales, huesos de aceitunas, cáscaras de frutos secos y un largo etcétera. Su aprovechamiento, tanto en aplicaciones térmicas (climatización, calefacción o procesos industriales) como en centrales eléctricas, tiene muchas ventajas, entre ellas que además de sustituir a cualquier energía fósil, se obtienen con ella las mismas prestaciones de confort, sencillez y calidad, y un ahorro económico muy importante debido a su menor precio frente a los combustibles convencionales.

En este sentido el aprovechamiento de la biomasa procedente de restos forestales –especialmente de leñas– para usos térmicos es un elemento muy característico de España, que se ha convertido en los últimos años en líder europeo en los denominados “montes leñeros”, cuyo uso principal es la producción de madera para la generación de energía.

Según explica a Compromiso Empresarial la responsable de la Unidad de Biocarburantes del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Mercedes Ballesteros, “sin duda, la biomasa tiene capacidad para contribuir de manera significativa al cumplimiento de los objetivos de introducción de energías renovables europeos fijados para 2020?.

“Se prevé que para ese año la biomasa represente el 17,2% del total de la generación de calor y frío, el 6,5% del consumo eléctrico y el 10% de los combustibles de transporte, pero esto no será posible sin la introducción de medidas y políticas de apoyo adicionales a las existentes”, añade.

A su juicio, “es prioritario desarrollar un mercado sostenible de suministro de biomasa estable y competitivo en precio, y seguir avanzando en las tecnologías de transformación de la biomasa en energía, especialmente en el desarrollo comercial de los biocarburantes de segunda generación que ayuden a reducir sustancialmente las emisiones de CO2, y a la vez no compitan con los alimentos y sean sostenibles”.

En este sentido, señala esta experta, existen algunas medidas que deberían “acompasar” este proceso, por ejemplo, políticas de promoción favorables y estables, “especialmente en estos tiempos de crisis e incertidumbres económicas”.

“La biomasa puede suponer una herramienta eficaz para la recuperación económica de Europa y España por su capacidad de instaurar un nuevo sector productivo localizado en el medio rural con un fuerte carácter industrial y muy intensivo en la generación de empleo”, recalca Ballesteros.

Por su parte, las empresas del sector de la biomasa, como Tribiom Energía, también apuestan por asegurar un buen diseño y mantenimiento de las instalaciones para garantizar el suministro de biomasa al usuario de una manera competitiva desde el punto de vista económico, y maneja cifras que hacen pensar que el uso a gran escala de este tipo de energía en España realmente puede ser viable.

Según sus datos, España genera alrededor de 6,5 millones de toneladas anuales en residuo forestal y silvicultura, más de siete millones de toneladas al año en residuo agrícolas y otros tantos en cultivos energéticos (350.000 Ha), lo que hacen un total de más de veinte millones de toneladas/año de residuos forestales que no se aprovechan. Con todo ello se podrían instalar 1.296 MW de potencia de generación eléctrica renovable.

Tribiom Energía señala además que el potencial de aprovechamiento de la biomasa forestal en España permitiría generar cerca de 14.500 empleos.

Futuro esperanzador

Los expertos coinciden en que, pese a que el crecimiento sustancial de las aplicaciones eléctricas de la biomasa es reciente y prácticamente ha coincidido con la crisis financiera, es razonable pensar que en los próximos años se movilizarán nuevos recursos, a lo que se suman las ventajas cuantitativas de abastecimiento, el elevado rendimiento energético de la biomasa, su óptima adaptación a la cogeneración y unos niveles de inversión relativamente bajos –y por tanto accesibles a muchos inversores–. El futuro de esta fuente de energía parece esperanzador.

Un real decreto (661/2007) aprobado hace cinco años mejora notablemente la retribución de la electricidad generada a partir de los distintos tipos de biomasa y desde 2006 el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) está modificando la normativa relativa a las instalaciones térmicas en la edificación y a la calificación energética de viviendas para la correcta ejecución, evaluación y registro en los órganos competentes de las instalaciones de biomasa en edificios.

IDAE también impulsa desde 2009 el Programa Biomcasa, basado en acuerdos voluntarios con empresas del sector de la biomasa térmica en edificios con el fin de establecer un sistema de financiación que impulse una oferta de calidad y adaptada a las necesidades de los usuarios de agua caliente y climatización en edificios utilizando biomasa.

Datos de diciembre de 2012 indican que la biomasa fue la renovable con mayor número de empleos por megavatio (MW) en 2011, según el Estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España, elaborado por la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), que confirman que la biomasa y el biogás son las tecnologías que más empleo generaron por MW instalado.

De hecho, la biomasa fue una de las pocas renovables que creció en este aspecto y sumó 22,3 trabajadores por MW. La que más se acerca, la termosolar, alcanzó 21 con 400 MW más. La ‘cruz’ de la moneda bioenergética la ofrecen los biocarburantes, con 1.375 empleos perdidos en 2011.

Entre los datos que aporta el estudio de APPA resaltan los 10.244 millones de contribución al PIB y los 2.101 millones ahorrados en importación de combustibles. Pero hay otro de cariz sociolaboral que tiene aún más importancia, ya que demuestra que el sector ha generado nuevos puestos de trabajo (5.983 exactamente) por primera vez desde 2008; un repunte que se produjo, según APPA, “por los empleos inducidos debidos a la construcción de nuevas centrales”. No todas las tecnologías crecieron en este apartado. Solo la biomasa, la termosolar y la fotovoltaica ganaron empleo en 2011.

Sin embargo, el estudio de APPA también señala que el sector perdió 1.375 empleos el año anterior, pasando de 5.172 a 3.797. Las conclusiones del documento indican que el mayor consumo de bioetanol y biodiésel no se ha traducido en una mayor actividad debido a las importaciones masivas. “Si no se producen en España no se generará empleo nacional. Se acabará con la industria y simplemente se sustituirá la dependencia de las importaciones de petróleo por la dependencia de las importaciones de biocarburantes”, afirma el estudio.

APPA, sin embargo, recuerda que “la utilización de biocarburantes en el transporte supone importantes ahorros de emisiones de CO2 y si se produjesen en mayor medida en las plantas españolas se equilibraría aún más la balanza comercial”. El estudio cuantifica en 4,5 millones de toneladas el CO2 que no llegaron a la atmósfera por el uso de biocarburantes. Asimismo el documento añade que se cumplieron los objetivos marcados de consumo, algo que no se puede decir de la biomasa y el biogás, ya que, junto a la minihidráulica, quedaron por debajo de sus objetivos de potencia, con un déficit de 1.278 MW.

Pese a las alentadoras cifras –47.300 empleos en España y 12 millones en todo el mundo–, los expertos de APPA alertan de que la bioenergía “sigue sin consolidar su potencial de creación de empleo al no cumplirse sus expectativas de crecimiento”. Hace algo más de un año, antes de que aparecieran la moratoria y las tasas a las renovables, APPA presentó otro informe elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI) en el que se concluía que una actualización del marco retributivo de la biomasa y el biogás eléctricos permitiría crear casi 47.300 puestos de trabajo en España y atraer 3.854 millones de euros en inversiones privadas, con un beneficio económico adicional de 46 millones de euros para el Estado.

A nivel mundial, otros informes multiplican estas posibilidades de creación de empleo. Es el caso de Empleos verdes: Hacia el trabajo decente en un mundo sostenible y con bajas emisiones de carbono, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en 2008 y en él se constataba que de los 20 millones de empleos que pueden alcanzar las renovables en 2030, 12 millones, más de la mitad, corresponderían a los biocombustibles. En esta línea, el documento hacía también un llamamiento a mejorar “sustancialmente” las condiciones laborales en las que se producen esos biocombustibles en algunas partes del mundo, especialmente en los países en desarrollo.

Marco internacional

La bioenergía copa los Proyectos Europeos NER300 de la UE, algo que también sucede en España, donde datos del pasado mes de noviembre indicaban que esta ‘domina’ sobre el resto en los Proyectos Clima del Fondo de Carbono aprobados en España (25 sobre un total de 40 en sectores como la agricultura, el transporte, el residencial o el de los residuos).

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, y la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Susana Magro, presentaron entonces el resultado de la primera convocatoria de estos Proyectos Clima, de carácter piloto, con el fin de promover la reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero en España. Este Fondo de Carbono adquirirá las reducciones verificadas que logren estos proyectos, contribuyendo así a su viabilidad financiera.

En total, está previsto que los proyectos reduzcan más de un millón de toneladas de CO2 equivalente en los próximos cuatro años.

Por su parte, la Comisión Europea dio a conocer en diciembre los 23 proyectos de demostración innovadores en el ámbito de la energía procedente de fuentes renovables de la primera convocatoria de propuestas del Programa NER300. Un tercio de ellos, ocho, y más de la mitad del presupuesto (630 millones de euros), se destinarán a la bioenergía. Curiosamente, el único proyecto español aprobado es una termosolar híbrida con biomasa.

La CE publicó la concesión de más de 1.200 millones de euros a estos 23 proyectos que abarcan las siguientes tecnologías renovables: bioenergía (8), termosolar (4), geotérmica (1), eólica (6), energías marinas (3) y gestión descentralizada de la energía procedente de fuentes renovables mediante redes inteligentes (1).

La comisaria europea de Acción por el Clima, Connie Hedegaard, señaló que “los 1.200 millones de euros en subvenciones, abonados por quienes contaminan, facilitarán reunir un total de 2.000 millones de euros adicionales de inversiones privadas con destino a los 23 proyectos, lo que contribuirá a que la UE mantenga su liderazgo en la energía procedente de fuentes renovables y a que se creen puestos de trabajo en la UE, aquí y ahora”.

Dos proyectos de biocarburantes en Holanda y Francia se llevan un cuarto del presupuesto. Una sola de las iniciativas, Woodspirit, recibirá 200 millones de euros. El proyecto lo lidera la compañía BioMCN, con sede en Holanda y que desarrollará una planta de producción de biometanol a gran escala comercial que está previsto que entre en funcionamiento en 2016.

La materia prima que se utilizará en esta planta serán astillas de madera y la tecnología empleada será la torrefacción y gasificación de la biomasa, una tecnología que se empleará también en el proyecto Stracel, que cuenta con el segundo mayor presupuesto de los 23 aprobados (170 millones de euros), y que está liderado por la compañía francesa UPM, que empleará hasta un millón al año de toneladas de biomasa forestal para convertirla en biocarburante (BTL).

Además, entre los otros seis proyectos aprobados hay dos suecos: Pyrogrot, desarrollado por la empresa Billerud y basado en la producción de biocarburantes a partir de residuos forestales y la tecnología de pirólisis; y GoBiGas, diseñado para convertir madera de baja calidad en un gas natural sintético (syngas) de alta calidad y a gran escala. Italia, Finlandia, Alemania y Polonia se reparten los cuatro proyectos restantes.

Solo una de las veintitrés iniciativas aprobadas es española, pero destaca principalmente por dos motivos. Uno es el económico, ya que está entre los proyectos que recibirán mayor financiación (70 millones de euros), y otro es que también está vinculado a la bioenergía, ya que el campo termosolar con torre que construirá Acciona Energía en el municipio de Alvarado (Badajoz) contará con una planta de biomasa para mejorar la rentabilidad y eficiencia energética de la instalación.

Margarita de Gregorio, directora de Biomasa de APPA y coordinadora de la Plataforma Tecnológica Española de la Biomasa (Bioplat), explica a Compromiso Empresarial que, a pesar de que la biomasa cuenta con un inigualable potencial, su aportación energética en forma de calor o electricidad está “claramente relegada a un segundo plano”, un hecho que mantiene al sector español en un estadio de desarrollo “germinal”, a pesar de contar con los factores necesarios –materias primas biomásicas y masa crítica suficiente– para que fuera “uno de los principales sectores de nuestra economía”.

Sin embargo, y pese a que sus capacidades ambientales y socioeconómicas “son reconocidas y apreciadas por gran parte de los estados miembros de la UE, donde el aprovechamiento energético de la biomasa o los residuos sólidos urbanos (Forsu) no ha dejado de crecer durante los últimos años, en España el marco regulatorio (fundamentalmente en el ámbito energético) que se ha establecido para el sector no ha conseguido incentivar suficientemente el despegue y consolidación de este sector, que hasta la fecha ha carecido de un marco de incentivos eficaz y orientado a maximizar la potencialidad de sus tecnologías”.

“Que la biomasa es una clara cuenta pendiente que tiene España con el sector y consigo misma, como país, es un hecho reconocido. Todo el mundo entiende que se trata de algo muy beneficioso, pero existe un convencimiento generalizado de que se trata de algo complicado”, añade.

Según confirma De Gregorio a Compromiso Empresarial, “son tales los beneficios ambientales y sociales que implicaría el desarrollo del sector de la biomasa en España, que el coste en el que se incurriría apoyando al sector (únicamente vía retribución a la producción de energía) se devolvería con creces a las arcas del Estado”.

“Pero para que esto ocurra, hace falta que se entienda que el aporte que el sector de la biomasa puede proporcionar al conjunto de la sociedad española va mucho más allá de la generación distribuida de energía con recursos autóctonos, y pasa por ser un sector capaz de generar empleo y riqueza en el medio rural español; además de mitigar importantes daños ambientales cuyo coste de prevención y extinción supone hacer uso de cuantiosas partidas de los presupuestos generales del Estado”, apunta.

“Este es el verdadero valor añadido que puede proporcionar el sector español de la biomasa; que debería ser reconocido, de una vez por todas, y ser aprovechado al máximo. Pero hay que ponerse manos a la obra cuanto antes”, recalca De Gregorio, que concluye que “es hora de que se apueste decididamente por un sector que va a devolver la confianza que en él se deposite, con creces”.

Ejemplos españoles

En España, muchos otros proyectos son destacables, como el ubicado en Móstoles (Madrid), donde se encuentra el mayor proyecto de biomasa térmica conocido en España y que abastecerá a casi 6.000 hogares del municipio madrileño.

“Las viviendas beneficiadas se ubican en el entorno del polígono industrial Prado de Regordoño, y fueron construidas en los años setenta”, explica Teo López, ingeniero y presidente de la empresa responsable de la iniciativa, Móstoles District Heating, que añade que “se trata de una zona con un alto índice demográfico que cuenta con edificios de gran altura, cuyos servicios centrales de calefacción y agua caliente sanitaria funcionan con gasóleo, fácilmente convertibles para su uso con biomasa, aprovechando, además, que se encuentran en un estado de avanzado deterioro”.

La central de calor se empezará a construir el próximo año y su finalización está prevista para antes de 2017. Partirá con una potencia de 10 megavatios (MW) y se ampliará hasta 30 MW. Se abastecerá con biomasa procedente de la poda de los jardines y parques de Móstoles, así como con biomasa forestal.

“Pocos conocen que Móstoles es una de las ciudades más verdes de España y del mundo”, comenta López. Hay 390 árboles por cada 1.000 habitantes, “un ratio muy superior al que disfrutan los barceloneses, los neoyorquinos, los cordobeses o los berlineses, por ejemplo”, aseguró durante la presentación del proyecto el alcalde del municipio, Daniel Ortiz.

“Es una iniciativa pionera que pretende ayudar a las economías domésticas, ya que el ahorro estimado respecto a las tarifas con gasóleo supondrá un 25%. Además, supondrá una revalorización de los inmuebles que adoptarán un sistema de calefacción y agua caliente sanitaria mucho más barato y sostenible”, señala Ortiz, que añade que se incrementará la seguridad de las calderas al no existir riesgos derivados del manejo de combustibles fósiles y se elimina el ruido que estas originan.

El responsable de Móstoles District Heating SL –que forma parte de las 40 propuestas seleccionadas en los proyectos Clima por la Oficina Española de Cambio Climático– recalca que “España ocupa el tercer puesto en cuanto a potencial de biomasa en Europa, pero desaprovechamos tal circunstancia porque no realizamos una eficiente labor silvícola que elimine combustible forestal sobrante de los bosques, algo necesaria para evitar incendios, y nuestros barcos se escapan cargados de biomasa rumbo hacia otras demarcaciones”.

El uso de la biomasa en instalaciones de menor tamaño, e incluso en pequeñas empresas familiares, también es ejemplar en España. El Cámping Monte Holiday en la localidad madrileña de Gargantilla del Lozoya, en pleno Valle del Lozoya, comenzó a apostar por este tipo de energía ya en 2004, como un paso más en la implantación de su Sistema de Gestión Ambiental.

A los iniciales 45 colectores solares situados en los aseos se sumó a principios de año una estufa de biomasa conectada a un sistema de suelo radiante en el restaurante. “Se trata de una Palazzetti Termopalex con circuito de agua que saca una potencia térmica de 20 Kw sobre un total de 27,5 kW, y que se abastece con las podas de los árboles del recinto y de astillas procedentes de una planta de transformación situada en la cercana localidad de Lozoyuela, que a su vez obtiene la leña de los pinares de la zona. La instalación tiene apoyo de paneles solares para aprovechar los rayos de sol, sobre todo en primavera y otoño, cuando los días son más largos.

El agua caliente se distribuye a los bungalows, bar, restaurante, recepción, dos edificios de aseos y las piscinas. En total casi dos kilómetros de tuberías y más de 12.000 litros de acumulación para dar servicio a unos 1.200 metros cuadrados de construcción y 530 metros cúbicos de agua de las piscinas.

Según explica el propietario de la instalaciones, Antonio Gonzalo, a Compromiso Empresarial, “este proyecto es una apuesta por una energía local que genera economía local”. Según sus datos, la factura energética del cámping se reducirá en casi un 80% gracias a la sustitución del viejo sistema de calefacción con gasóleo y electricidad.

Al ahorro energético se suma el económico, que sus responsables calculan entre los 2.500 y los 7.500 euros al año entre las dos instalaciones (solar y biomasa). Su amortización se calcula en unos diez años, tratándose de una inversión inicial (250.000 euros) duradera y rentable.

“Queremos ir sustituyendo el gasóleo por una combinación de biomasa con astillas y troncos y paneles solares térmicos. Nuestro objetivo es conseguir en el futuro un cámping de cero emisiones de CO 2?, afirma el gerente del cámping, que asegura que este cambio les posicionará ante sus clientes como una empresa “innovadora y comprometida con el medio ambiente y la creación y el fomento del empleo local”.

Por Laura Martín

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